..PETRÓLEO:
El petróleo, del latín petro y oleu (piedra y aceite), es un líquido oleoso de color oscuro y fuerte olor, nativo de los estratos superiores de la corteza terrestre.
Aunque es conocido desde la Antigüedad, no fue hasta principios del siglo XIX en que se comenzó a dar valor comercial al petróleo, tras descubrirse una serie de grandes yacimientos en el continente americano.
En su composición química se distinguen una variedad de hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos, tales como alcanos, alquenos, naftenos y aromáticos. Arde fácilmente y de él se pueden destilar gran cantidad de productos volátiles, sólidos, aceites pesados, gasolinas, etc.
Se estima su formación a partir de la descomposición de la materia orgánica en determinadas condiciones de presión, temperatura, etc.
En una primera fase, en zonas marinas de poca profundidad donde abunda el fitoplancton, los organismos muertos caen al fondo y se depositan mezclados con cienos y arenas, sufriendo una fermentación anaeróbica y transformándose en lo que se denomina sapropel o barros sapropélicos, es decir, materia orgánica en proceso de putrefacción sin oxígeno. Este paso es el primer eslabón en la formación de los petróleos.
En una segunda fase, el sapropel va sufriendo diversas transformaciones por efecto de los cambios en la presión y temperatura, debido a la continua acumulación de los depósitos orgánicos mezclados con cienos y arenas, dando origen a hidrocarburos. Éstos son al principio muy densos, pero conforme crecen la temperatura y presión en el fondo se van aligerando. Cuando cienos y arenas impregnados de hidrocarburos son sometidos a compactación, se transforman en margas y areniscas, es decir, las rocas madres del petróleo.
Si los hidrocarburos quedan retenidos en la corteza terrestre por rocas impermeables, las llamadas rocas de cobertura, o por barreras denominadas trampas del petróleo, entonces pueden penetrar en los poros de otras rocas, rellenándolas y actuando éstas como almacén del petróleo. Si no existieran estas barreras, los hidrocarburos podrían conseguir alcanzar la superficie gracias a su movilidad y compactación de los sedimentos; en este caso, los que consiguen aflorar impregnan las rocas superficiales, las cuales se transforman en los llamados betunes.
..CARBÓN:
Los carbones son rocas sedimentarias de origen orgánico formadas principalmente por carbono amorfo acompañado de hidrocarburos, compuestos orgánicos de naturaleza compleja (glúcidos como la celulosa y lignina), proteínas vegetales y materia inorgánica.
El origen del carbón se debe a una progresiva carbonización de las materias vegetales mediante procesos anaeróbicos (en ausencia de oxígeno). Tras quedar sepultados los restos vegetales en cuencas, las bacterias anaerobias producen reacciones que transforman su componentes en ácidos húmicos; posteriormente se produce una compactación por presión en capas sucesivas, que junto con la temperatura culmina en la carbonización.
La forma de presentación del carbón es primordialmente en secuencias de capas horizontales, combinadas en forma alterna con otras rocas de origen sedimentario. Aunque en el periodo Cuaternario se materializaron yacimientos de carbón, en realidad su formación se remonta al Devónico, consolidándose en abundancia durante el Carbonífero, durante el cual alcanzaron gran desarrollo los helechos y las primeras gimnospermas.
Cuanto más antiguo es el carbón, mayor grado de carbono posee y, por tanto, más poder calorífico
lunes, 1 de diciembre de 2008
AZNALCÓLLAR
A las tres y media de la madrugada del 25 de abril de 1998 una brecha de sesenta metros de ancho y treinta de alto rompió la balsa minera de la localidad sevillana de Aznalcóllar.
En pocas horas siete millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas alcanzaron las orillas de los ríos Agrio y Guadiamar, hasta llegar a uno de los mayores emblemas naturales del mundo: el Parque Nacional de Doñana.
El agua arrastraba oxígeno sin disolver y sólidos en suspensión que provocaron la muerte de toda la vida subacuática: más de 30 toneladas de peces muertos y 170 de cangrejos fueron recogidos en los días siguientes.Las aves que habitaban en las orillas consiguieron escapar a la catástrofe pero sus puestas se vieron seriamente afectadas.
España asistía, atónita, al mayor desastre ecológico de su historia: 4.600 hectáreas de superficie cultivable se cubrieron de negro lodo; más de 60 kilómetros de cauces impregnados por la contaminación; más de 46.000 habitantes de diez municipios afectados y más de 5.000 puestos de trabajo hipotecados.
Los lodos tóxicos de la multinacional Boliden-Apirsa rompían un ya de por sí frágil equilibrio entre marismas, aguas dulces, riberas agrícolas, una fauna de ejemplares únicos y en extinción y las actividades del hombre.
Hoy, ecologistas y expertos consideran que la mina de Aznalcóllar sigue siendo una «bomba de relojería».
En el área minera de Aznalcóllar se han producido recientes episodios de contaminación de aguas. La filtración de tóxicos de las escombreras llegó al río Agrio provocando la muerte de toda la población de peces. Un episodio de filtración de residuos de la mina se produce en una zona desde la cual se toma el agua para el consumo humano del municipio de Aznalcóllar. Una situación que hace temer la posibilidad de que las aguas del río Guadiamar estén contaminándose al mezclarse con las del Agrio.
Hoy día existen en España más de 200 millones de metros cúbicos de residuos peligrosos repartidos en más de 740 balsas mineras. Muchas de ellas abandonadas en enclaves naturales de importancia y algunas susceptibles de ser protagonistas de otra catástrofe, de otro Aznalcóllar, de otra Doñana.
Un informe del Instituto Tecnológico y Geominero, alertaba de siete balsas mineras «similares» a las de Aznalcóllar y que permanecen activas en nuestro país. Pero lo cierto es que parece que todavía no hemos aprendido la lección: Ecologistas en Acción denuncia la creación del macroproyecto minero de «Cobre de las Cruces» en la localidad andaluza de Gerena, que viene a repetir el sistema de minería a cielo abierto de Boliden.
En pocas horas siete millones de metros cúbicos de lodos tóxicos y aguas ácidas alcanzaron las orillas de los ríos Agrio y Guadiamar, hasta llegar a uno de los mayores emblemas naturales del mundo: el Parque Nacional de Doñana.
El agua arrastraba oxígeno sin disolver y sólidos en suspensión que provocaron la muerte de toda la vida subacuática: más de 30 toneladas de peces muertos y 170 de cangrejos fueron recogidos en los días siguientes.Las aves que habitaban en las orillas consiguieron escapar a la catástrofe pero sus puestas se vieron seriamente afectadas.
España asistía, atónita, al mayor desastre ecológico de su historia: 4.600 hectáreas de superficie cultivable se cubrieron de negro lodo; más de 60 kilómetros de cauces impregnados por la contaminación; más de 46.000 habitantes de diez municipios afectados y más de 5.000 puestos de trabajo hipotecados.
Los lodos tóxicos de la multinacional Boliden-Apirsa rompían un ya de por sí frágil equilibrio entre marismas, aguas dulces, riberas agrícolas, una fauna de ejemplares únicos y en extinción y las actividades del hombre.
Hoy, ecologistas y expertos consideran que la mina de Aznalcóllar sigue siendo una «bomba de relojería».
En el área minera de Aznalcóllar se han producido recientes episodios de contaminación de aguas. La filtración de tóxicos de las escombreras llegó al río Agrio provocando la muerte de toda la población de peces. Un episodio de filtración de residuos de la mina se produce en una zona desde la cual se toma el agua para el consumo humano del municipio de Aznalcóllar. Una situación que hace temer la posibilidad de que las aguas del río Guadiamar estén contaminándose al mezclarse con las del Agrio.
Hoy día existen en España más de 200 millones de metros cúbicos de residuos peligrosos repartidos en más de 740 balsas mineras. Muchas de ellas abandonadas en enclaves naturales de importancia y algunas susceptibles de ser protagonistas de otra catástrofe, de otro Aznalcóllar, de otra Doñana.
Un informe del Instituto Tecnológico y Geominero, alertaba de siete balsas mineras «similares» a las de Aznalcóllar y que permanecen activas en nuestro país. Pero lo cierto es que parece que todavía no hemos aprendido la lección: Ecologistas en Acción denuncia la creación del macroproyecto minero de «Cobre de las Cruces» en la localidad andaluza de Gerena, que viene a repetir el sistema de minería a cielo abierto de Boliden.
La ENERGIA SOLAR mueve los AGENTES GEOLÓGICOS EXTERNOS
Se entiende por elementos del clima los fenómenos que intervienen en la caracterización del estado de la atmósfera que está en contacto con la superficie terrestre en un lugar determinado.
Estos elementos son: la radiación solar y la temperatura.
La radiación solar puede ser considerada tato un factor como un elemento del clima. Es una factor en cuanto que constituye prácticamente la totalidad de la energía que recibe la atmósfera.
En el límite exterior de la atmósfera su intensidad viene determinada por la latitud, pero al atravesar la atmósfera sufre un filtrado que hace que en cada punto de la superficie la radiación final recibida sea diferente, en función de los factores geográficos.
La radiación global que llega a la superficie de la tierra es un elemento fundamental del clima.
La temperatura del aire es una cualidad de la atmósfera que indica el estado energético del aire y se traduce en un determinado grado de calentamiento que se mide con unas escalas de referencia (centígradas, Fahrenheit).
La temperatura es el elemento que mayor influencia ejerce en la distribución de la población sobre la superficie de la tierra, y así resulta que en determinadas regiones, como las zonas polares, la alta montaña, etc., en las que las condiciones de habitabilidad o de productividad para grandes grupos de población no pueden ser modificadas suficientemente por la tecnología, no se producen asentamientos humanos.
La humedad atmosférica.
La humedad mide la cantidad de vapor de agua que contiene el aire.
Cuando se supera la capacidad que el aire tiene para contener vapor se produce la condensación, y por consiguiente la formación de nubes y las precipitaciones. De esta forma la humedad influye en las temperaturas moderando los valores extremos.
La humedad atmosférica incrementa la sensación de frío en los días invernales porque el aire húmedo es mejor conductor del calor que el aire seco, y por ello favorece la pérdida de calor cuando además de húmedo es frío, mientras que en el verano produce bochorno porque el aire húmedo y cálido disminuye la evaporación y por tanto la refrigeración del cuerpo. El aire cálido y seco, en cambio, aumenta la evaporación y refrigera la piel.
La nubosidad.
Las nubes producidas por la condensación del vapor de agua presente en la atmósfera tiene su influencia en el clima porque reducen la insolación durante el día y la radiación terrestre durante la noche, y ayudan a mantener la uniformidad térmica de los climas oceánicos.
La nubosidad se mide por la superficie de cielo cubierta de nube y por la naturaleza de esas nubes, según su altitud y su desarrollo vertical o estratiforme.
Las precipitaciones
La frecuencia o escasez de las precipitaciones, así como su distribución a lo largo del año en una determinada región permitirán hablar del clima húmedo, seco o árido.
Las precipitaciones se producen por fuertes movimientos atmosféricos ascendentes que ocasionan un descenso térmicos del aire y por tanto una condensación del vapor de agua, que se precipita sobre la superficie.
Las precipitaciones tienen gran importancia también por las consecuencias económicas que se derivan de sus manifestaciones extremas.
La presión y los vientos.
La presión atmosférica sólo puede ser considerada como elemento del clima en las grandes alturas, en las que el considerable descenso barométrico produce sobre las personas importantes efectos fisiológicos, conocidos como el mal de montaña, caracterizados por una sensación de mal estar debido a la disminución de oxígeno en la sangre a causa del enrarecimiento del aire.
La disminución de la densidad del aire y la reducción de vapor de agua motivan también una disminución de la absorción de radiación solar por el aire y, en consecuencia, una gran diferencia térmica entre las superficies expuestas al Sol que reciben una intensa radiación y las que están a la sombra.
La diferente presión atmosférica entre varios puntos de la superficie (altas y bajas presiones) es un factor originador de los vientos. El viento influye en la temperatura sentida por las personas, refrescando el tiempo porque favorece la conducción y la evaporación.
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